El Falso Mundo

Fue tan poderoso el mensaje de este cometa verde para la humanidad que el 20 de enero de 2005, una llamarada solar de la superficie del Sol liberó la más alta concentración de protones jamás medida directamente, tomándole únicamente 15 minutos para llegar a la Tierra, se observó, indicando una velocidad de aproximadamente la mitad de la velocidad de la luz.

Para un mundo moderno al que se le ha enseñado que las advertencias de los antepasados deben de ignorarse y considerarse como meros mitos supersticiosos, la explosión en nuestro Sol durante la visita del Cometa Maccholz en 2005 y ahora en 2010 la presencia sin duda no es ninguna coincidencia, sino una que no puede ser ignorada mientras nos encontramos en la cúspide de un Apocalipsis de verdaderas proporciones bíblicas pues la catástrofe del Golfo de México amenaza ya con destruirnos a todos.

Para comprender por completo esto, uno tiene que darse cuenta de lo que es el petróleo y de lo que no es.

Desde la más tierna infancia, a los estudiantes se les enseña que el petróleo viene de la biomasa antigua en descomposición (plantas, dinosaurios, muertos, etc.) a esto se le conoce como “la teoría del origen biológico del petróleo”.

Puesto de manera sencilla, una teoría (la biológica) señala que el petróleo es un producto derivado de la descomposición de la biomasa que sólo puede encontrarse en profundidades que no exceden los 5,000 pies pues mayores profundidades pondrían a las plataformas perforadoras petroleras en confrontación directa con la fuerzas geotérmicas de nuestro planeta que todavía no son comprendidas por completo. La otra teoría (la abiogénica) señala que el petróleo es un producto derivado de las fuerzas geotérmicas internas de la Tierra y todos los pozos existentes (ya pronto agotados) eran enormes cavernas subterráneas donde se concentraron en el curso de millones de años desde decenas si no es que cientos de miles de pies debajo de la superficie del planeta.

Durante el Siglo 20, los científicos Soviéticos fueron los proponentes principales de la teoría abiogénica del petróleo y en diciembre de 1962, publicaron un reporte titulado “Se Contempla Perforación Super Profunda en la Unión Soviética” que sirvió como plano para la perforación de lo que se llama “pozos profundos”.

Con todo los Soviéticos a la larga tuvieron que usar bombas atómicas en 5 “pozos profundos” que habían cavado siendo el único Pozo Perforado Super Profundo de Kola a 40,230 pies (12,262 metros) en 1989 el que aún existe. El Pozo Perforado Superprofundo de Kola es el pozo más profundo jamás perforado, y el punto artificial más profundo del planeta.

Las compañías petroleras Occidentales al aprender de los errores de los Soviéticos desde la década de 1970 han confinado sus perforaciones a pozos petroleros a profundidades menores de 30,000 pies (9,144 metros) que es el pozo de la Deepwater Horizon de la British Petroleum, siendo el pozo más profundo en la historia a una profundidad vertical de 35,050 pies (10,863 metros) y con una profundidad medida de 35,055 pies (10,865 metros) en septiembre de 2009.

Si el mecanismo preventivo de explosiones de la BP se derrumba, los 4.2 millones de galones de petróleo que se calcula están fluyendo hacia el Golfo de México actualmente, podrían aumentar hasta 50 millones de galones al día en el peor de los escenarios imaginados por los científicos como una erupción volcánica que vomita continuamente el fondo marino y que “no hay forma de detener”.

Y todavía peor, justo desde el principio de este desastre Obama ha rechazado toda ayuda ofrecida a los Estados Unidos de parte de Holanda, Noruega, Rusia y una docena de países de todo el mundo y hasta se ha negado a considerar la “opción nuclear” que usaron los Soviéticos para detener estos tipos de desastres de filtración, haciendo que uno se pregunte: ¿Porqué?

Para aquellos que como nosotros escriben sobre estas cosas (y cada día somos menos) nos encontramos con el ridículo y la burla el mejor de los casos y en el peor de los casos es el más inmencionable de los ataques. Pero conforme las señales y la historia lo demuestran claramente, aquellos que no escuchen perecerán, siempre ha sido así. Por otro lado, aquellos que “ven sin sus ojos” y “escuchan sin sus oídos” no sólo sobrevivirán sino que reconstruirán lo que haya quedado cuando este “fin de los días” haya terminado.